En una de las páginas del libro de Spencer Johnson encontré un mensaje que quisiera compartir contigo.
“La vida no es un pasillo recto y fácil por el que viajamos libres y sin obstáculos, sino un laberinto de pasajes en el que debemos hallar nuestro camino, perdidos y confundidos, una y otra vez atrapados en un callejón sin salida.Pero, si tenemos fe, Dios siempre nos abrirá una puerta que aunque tal vez no sea la que queríamos, al final será buena para nosotros.” .
A. J. Cronin
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
LAS BARRERAS A LA CREATIVIDAD:
Ponencia presentada en el Foro “Tu y la Creatividad” en el Instituto Tecnológico de Chilpancingo en Abril de 1997 y en la Semana Nacional de Ciencia y Tecnología en el Instituto Tecnológico Superior de la Montaña en Octubre del 2000.
L.I. Gilberto Ernesto Adame Hernández
http://www.tuobra.unam.mx/publicadas/041001112331.html
Ideas:
La creatividad no es más que la unión de la imaginación con lo práctico, nosotros nos podemos imaginar algo y mediante lo práctico lo podemos llevar a cabo, utilizando para ello todos nuestros conocimientos.
Sin embargo, como todo en la vida, ser creativo no es fácil; esto debido a la gran cantidad de barreras que la misma sociedad le ha impuesto a la creatividad.
Barreras Personales:
1. El miedo al cambio: se refiere al hecho de que la mayoría de las personas tienen miedo a cambiar algún aspecto de su forma de comportarse debido, principalmente, a que no saben qué podría ocurrir si lo hacen, es decir, le tienen miedo a lo que no conocen.
2. La rutina de la vida; la mayoría de nosotros no necesitamos ser creativos, en el estricto significado de la palabra, para realizar nuestras actividades básicas, tales como asistir a la escuela, al trabajo, ir de compras, etc. Este tipo de barreras son lo que se define como un mal necesario, porque sin ellas simplemente no habría orden en nuestra existencia y difícilmente lograríamos nuestros propósitos y objetivos.
3. El temor a cometer errores: La mayoría de nosotros tememos emprender una acción nueva y diferente a lo usual por temor a equivocarnos. A nadie le agrada quedar en ridículo ante los demás o perder algo valioso al implementar o incursionar en algo nuevo, sin embargo, recordemos que el que no arriesga no gana.
Barreras Educativas:
Analizando ahora las barreras educativas, encontramos que éstas son producto de la educación que recibimos desde nuestra niñez en las aulas. Dentro de estas barreras se encuentran las que tienen su origen en la falta o existencia de conocimientos en una persona.
Dentro del primer grupo se encuentra la ignorancia, es muy difícil tener una idea creativa sin conocimientos básicos por lo menos. Ahora bien, aquí nos encontramos con una contradicción, ya que hemos dicho que existen barreras por la existencia de conocimientos y, sin embargo, sin conocimientos no hay creatividad.
El problema con los conocimientos no es tenerlos, sino más bien el problema radica en la forma en que se obtuvieron. Aquí es donde el sistema educativo tiene mucho que ver, ya que es este el causante de muchas de las ya mencionadas barreras.
El sistema educativo está orientado, en gran medida, a enseñarnos que sólo existe una respuesta correcta para cada problema. Desafortunadamente muchos de los problemas que se nos presentan a diario no tienen una solución única, ya que dependiendo del punto de vista con que se analice el problema se decidirá su solución.
Es decir, para un mismo problema cotidiano, varias personas pueden encontrar diferentes soluciones, debido a que cada una lo ve desde su personal punto de vista, en otras palabras, de manera abstracta.
Esta tendencia del sistema de educación nos hace perder nuestra imaginación, cierto es que agiliza nuestro pensamiento lógico, pero al mismo tiempo destruye nuestro pensamiento creativo.
Durante gran parte de nuestra vida se nos enseña que todo tiene un procedimiento ya definido, una forma de ser específica, un método a usar, etc., y que no puede cambiar nunca; en otras palabras, nos atrofian la mente impidiéndonos tener ideas, se nos impide pensar.
Como se puede apreciar, se nos enseña a buscar una, y sólo una, respuesta para cada problema, acostumbrándonos a que en el momento de encontrar la primera solución aceptable, detengamos todo el proceso de búsqueda y demos por resuelto el problema aún cuando, en la mayoría de los casos, ésta respuesta no sea la única ni la más indicada.
También tenemos como barrera educativa el hecho de que desde pequeños se nos inculca, algunas veces de manera indirecta y otras no tanto, que el maestro es siempre el que más sabe y que los alumnos nunca sabrán más que él. Esto nos acostumbra a aceptar como verdadero todo lo que el maestro nos enseña, sin pensar en la posibilidad de que se pueda equivocar o darnos cuenta de que sus ideas pueden ser ya obsoletas.
Otra barrera a la creatividad por parte de nuestro sistema educativo es la burocracia. Es un hecho lamentable que en muchas instituciones de enseñanza de distintos niveles, se antepongan los intereses económicos a los intereses educativos. Muchos estudiantes tienen deseos por hacer algo productivo, por ayudar a la sociedad y, sin embargo, se encuentran con que su misma escuela, la que debería ayudarlos en todo para que desarrollaran toda esa creatividad, les niega el apoyo por falta de recursos económicos.
Vencer estas barreras implica cambiar nuestros paradigmas actuales de enfrentarnos a la vida. Esto quiere decir que debemos vencer nuestros miedos y tratar de hacer las cosas de diferentes formas. Recordemos que siempre hay una manera mejor de hacer las cosas y cada una de esas formas es susceptible de ser mejorada. Asimismo, debemos reconocernos como seres creativos, capaces de generar respuestas diferentes a las tradicionales.
¿ES POSIBLE EL CAMBIO?
TOMADO CON FINES EDUCATIVOS DE:
http://revista.consumer.es/web/es/20031101/interiormente/
Es posible el cambio?
: Cambiar para ser más nosotros mismos
No podemos quedarnos estancados si sabemos que un cambio nos permitiría ser más coherentes, más eficaces y más felices
Bien como respuesta a circunstancias externas, bien por reflexiones vinculadas a nuestra evolución personal, en ocasiones nos planteamos la necesidad de tomar decisiones que suponen cambios drásticos en nuestra manera de pensar o actuar. Somos animales de costumbres y tendemos a responder del mismo modo ante estímulos similares, pero a la vez tenemos capacidad para reaccionar de modo distinto al habitual, ya sea porque el entorno nos exige en ese momento respuestas distintas (más adecuadas a la situación o más conformes a nuestra manera de ver las cosas) ya porque queremos mejorar como personas y ser más felices.
Los cambios surgen normalmente cuando sobrevienen circunstancias distintas de las habituales, porque son las que con mayor probabilidad pueden conducirnos a la necesidad de plantearnos una modificación de nuestro patrón de conducta. Una conversación sincera y dolorosa con un amigo de toda la vida, la ruptura de una larga relación de pareja, el nacimiento de un hijo, un proceso introspectivo que nos confirma la necesidad de cambiar, el traslado a otro país o ciudad, la muerte inesperada de un ser querido, la visita al psicólogo, los hijos que se van de casa, la primera experiencia laboral, una enfermedad, la jubilación... son muchos los factores que favorecen que pongamos en cuestión algunas de nuestras convicciones o costumbres.
La necesidad del cambio
La reflexión nos sirve para mejorar como personas y para adaptarnos a un medio que siempre cambia
Para crecer como personas, para madurar, para mantener un equilibrio emocional que nos permita responder a las exigencias del entorno, hemos de cambiar permanentemente. No podemos quedarnos estancados ni sentenciar "soy así, qué le vamos a hacer", si sabemos o intuimos que un cambio nos permitiría ser más coherentes, más eficaces y más felices.
Nuestra historia personal demuestra que como entes pensantes y sensibles que somos, cambiamos y evolucionamos cada día. Y esa es una de las emociones que nos depara la vida: comprobar cómo nos vamos adaptando, cómo vamos interactuando con el entorno. Cada nueva situación exige una respuesta específica que extraemos de nuestro interior tras remover, intuitiva o premeditadamente, nuestra experiencia y nuestra manera de pensar tras recibir la influencia de quienes nos quieren y nos rodean.
La mejor manera de reforzar nuestra identidad, de crear una personalidad dinámica y fuerte es permanecer abiertos a las señales del exterior y de nuestro interior, respondiendo en cada momento del modo más adecuado.
Se trata de tomar el timón de nuestro barco, de pilotarlo hacia donde queremos y podemos, y no hacia donde nos lleva la corriente o un mapa obsoleto que no incluye la información necesaria para una navegación óptima.
Pero hemos de distinguir bien lo que queremos cambiar. Con las tendencias profundas de la personalidad, con los sistemas de valores muy interiorizados, con los hábitos muy arraigados, hemos de mostrar un especial cuidado, porque modificarlos puede sumirnos en una crisis de identidad nada deseable. Para evitar este error está la reflexión.
Por dónde empezar
Muchos de nosotros ya tenemos identificados los hábitos y actitudes más claramente mejorables, en la medida que nos causan problemas de convivencia, no nos resultan útiles, no nos satisfacen o son incoherentes con nuestra manera de pensar y de ver la vida. Comencemos por "trabajar" este ámbito de mejora, porque es el que más satisfacción nos va a deparar. No es fácil, porque son muchas y muy variadas las razones que nos han llevado a ser como somos. En esta reflexión, no debe importar la edad, nunca es tarde si el cambio nos permite interactuar mejor con el entorno o hacer las cosas tal y como creemos que debemos hacerlas. Si, por temor a lo desconocido o a equivocarnos, demoramos una decisión que sabemos acertada y necesaria nos estamos negando la posibilidad de madurar, nos estamos haciendo daño, al frenar una evolución del todo conveniente. Aplicar la receta de siempre ante exigencias nuevas o repetir errores del pasado ante situaciones ya conocidas, resulta en principio lo más cómodo y sencillo, pero nos conduce inexorablemente al estancamiento, y nos aparta del dinamismo inherente al hecho de vivir en un contexto que cambia.
También puede ocurrir que el freno al cambio no provenga de nuestros hábitos, miedos o incertidumbres, sino del exterior: la pareja, los hijos, los amigos, el trabajo, las convenciones sociales. No todos evolucionamos al mismo ritmo, pero cada uno debe intentar preservar las cadencias de su propia evolución, y adoptar las decisiones que considere esenciales para su progreso como ser humano.
Los primeros pasos
Replantearnos, analizar cómo somos, pensamos y actuamos, es un ejercicio positivo y saludable siempre que lo hagamos con un objetivo de mejora y de adaptación al medio. Hay ocasiones en que tenemos claro lo que deberíamos hacer, pero nos encontramos con que una creencia muy arraigada nos impide adoptar la decisión. ¿Qué hacer en ese caso? Comencemos por reflexionar, por ver hasta qué punto es nuestra esa creencia y nos identifica esencialmente como personas. Muchos de estos prejuicios son adquiridos y no reflejan nuestro real sistema de valores. En ese caso, desprendámonos del lastre, y configuremos un sistema propio, coherente con nuestras convicciones profundas, que nos permita ser más felices y equilibrados.
Las personas que han conseguido realizar grandes y satisfactorios cambios en su vida, lo han hecho a costa de romper hábitos y creencias (suyas o ajenas) que les impedían evolucionar en la dirección deseada. Es frecuente que la idea motora del cambio sea una obsesión o una convicción profunda que permanecía aletargada esperando el momento para emerger. Pero no siempre es así. La creatividad de la psique humana es insondable, y una persona pensando y reflexionando puede llegar muy lejos si se lo propone.
Cambiar es propio de personas inteligentes
Nuestra vida y nuestra personalidad las vamos construyendo cada día, y un asunto tan esencial no podemos dejarlo en manos del azar ni de la voluntad de otras personas.
Reflexionemos sobre lo que no "nos llena" de cómo somos. Escribamos una lista de cosas a mejorar, comenzando por las importantes.
Permanezcamos atentos a lo que nos pasa. Cada situación requiere una respuesta específica; cada deseo y cada sueño, también.
Analicemos las situaciones nuevas y estudiemos las ventajas e inconvenientes de las decisiones que podemos adoptar ante ellas.
Una vez meditada suficientemente la decisión, si decidimos cambiar, hagámoslo. Escuchemos a quienes se oponen, pero decidamos en libertad.
El miedo al cambio siempre acecha: prestemos atención a los pensamientos constructivos y positivos, no a los negativos
Si estamos convencidos de la necesidad del cambio y no nos vemos capaces de hacerlo solos, solicitemos ayuda a profesionales
en psicología.
Seamos conscientes de que un cambio de rutinas o de manera de pensar supone un esfuerzo y entraña algún riesgo emocional.
TOMADO CON FINES EDUCATIVOS DE:
http://revista.consumer.es/web/es/20031101/interiormente/
Desde hace algún tiempo, sociologos , psicologos, educadores y otros pensadores y promotores del cambio social, se han referido a la "Apertura al cambio" no solo como una forma de reacción mediante una actitud receptiva y positiva ante las transformaciones,sino que ha sido conebida como un proceso de revisión profunda dentro del individuo de los esquemas mentales, pre-conceptos y paradigmas, ante estos cambios y transformaciones a las cuales debe enfrentar la sociedad dinámica y cambiante de hoy.
No obstante, esta revisión dentro del sub-consciente de los individuos que se exterioriza,es necesario comprender, que es un fenomeno natural en el que, no todas las personas reaccionan de manera positiva, todo lo contrario demuestran una abierta resistencia, razón por la cuál es necesario activar estrategías tambien novedosas para " vencer ese miedo al cambio". De allí la importancia de comprender que en todo grupo social, este fenomeno tiende a presentarse, de alguna u otra forma, lo ideal es detectarlo y resolverlo.
En cuanto al tema de la Tecnología y comunicación, es inminente la resistencia que se ha manifestado en todos los ambitos, en algunos casos por desconocimiento, en otros por carancia de los recursos necesarios para instalación de plataforma y educación a la población, y en el menor de los casos, por la conveniencia elitesca que historicamente, se ha apropiado, de gran parte de la información y el conocimiento.
En la actualidad tenemos la oportunidad de romper con esas barreras para el cambio, pero debemos realizar un gran esfuerzo colectivo, en función del compromiso que tenemos las comunidades del conocimiento como agentes de cambio de: democratizar y socializar la información y el conocimiento, ya que solo conociendo se vence el miedo al cambio, cito una frase de alguien que dijo alguna vez: " No se ama lo que no se conoce".
Publicar un comentario